La vida de Óscar Washington
Tabárez Silva ha estado llena de tropiezos y festejos, pero él, como maestro
que ha sido a lo largo de su trayectoria, se dio cuenta de que tenía un don
especial para enseñar. Comenzó con sus pequeños alumnos de primaria en las
desvencijadas escuelas de ya una lejana época en Paso de Arena, Cerro y La Teja,
en los suburbios de Montevideo, su ciudad natal.
Y allí justamente fue donde forjó
sus cimientos como docente el ya hoy, y desde hace unos buenos años, ‘Maestro’
Tabárez. A sus 69 años, es el entrenador nacional récord Guinness, luego de
estar al frente de la Selección de Uruguay por más de 10 años consecutivos.
No ha sido cuestión de azar.
Prácticamente desde que llegó Tabárez por segunda ocasión al mando de la
Celeste, el 8 de marzo del 2006, se encontró con obstáculos que de a poco fue
sorteando con éxito y han servido para acallar a varias voces críticas que
esperan un traspié para caerle.
Ese día, el ‘Maestro’ presentó en
conferencia de prensa su proyecto como entrenador y coordinador de las
selecciones uruguayas de fútbol, un compendio que por esos días no contaba con
el total respaldo de la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF).
Hoy, tras su nuevo comienzo con
Uruguay, el 21 de mayo de ese año en Nueva Jersey (EE. UU.) frente a Irlanda
del Norte (1-0, gol de Estoyanoff), ese proyecto se define como un exitoso
proceso del que han sido protagonistas muchas de las luminarias del fútbol
charrúa.
En esa década, el fútbol de su
país ha sido grande, gracias en buena parte al ‘Proyecto de
institucionalización de los procesos de las selecciones nacionales y de la
formación de sus futbolistas’, un ambicioso nombre de un programa que se ocupó
de ordenar todas las categorías juveniles con los altos niveles de calidad y
formación, a la postre, la cosecha de la que se ha abastecido permanentemente
la selección absoluta.
MÁS QUE FIRME
Ni siquiera la extraña enfermedad
que comenzó a padecer hace unos meses lo ha minado. Físicamente sí se ha visto
débil, pero eso lo contrarresta con los halagadores resultados de esta
eliminatoria, en la que su Celeste del alma es líder sólida al término de la
primera vuelta, que la deja con un amplio porcentaje de posibilidades de
clasificar directamente.
Tabárez dijo estar aquejado de
una neuropatía crónica que afecta su motricidad. “Es una enfermedad crónica.
Está ya mejor y a veces hay ciertas oscilaciones. Le pongo todo con la
fisioterapia, con los médicos y los tratamientos.
Si llegara algún momento en
el que viera algún signo de que los futbolistas no me siguen, ahí me lo podría
plantear, pero no ha ocurrido”, confesó Tabárez en su momento, cuando estalló
en los medios locales de su país la supuesta causa de su malestar, luego de que
lo vieron caminando con la ayuda de unos bastones y desplazándose sobre la
grama en su pequeño carro a la hora de dirigir los entrenamientos, algo duro
para un hombre tan recio de carácter.
Nunca un director técnico había
estado tanto tiempo al frente de una selección uruguaya, ni tampoco nunca antes
un DT había dirigido maratónicamente un mismo equipo. Bajo su lupa, Uruguay se
ha clasificado a un buen número de mundiales en todas las categorías. Tampoco
se habían presentado antes finales mundiales como en México 2011, en la sub-17
y en Turquía 2013, en sub-20.
El hecho de llegar a 170 partidos
dirigidos con Uruguay, con 85 ganados, 43 empatados y 42 perdidos, además de
alcanzar el título de la Copa América 2011, en Argentina, le ha dado el brillo
a un país que vivía orgulloso de ser el primer campeón mundial de la historia.
Con Tabárez, que como jugador fue defensa central y lateral, la célebre garra
charrúa logró un reverdecimiento, y esa escuela recuperó algo de la confianza
alcanzada en la época dorada.
CON UN PASO POR EL
CALI
Tabárez tuvo un breve paso en
Colombia. Lo hizo en el primer semestre de 1988. Llegó con la Copa Libertadores
bajo el brazo, tras alcanzar el título con Peñarol, en la final que le ganó al
América de Cali, precisamente su rival de patio en la capital del Valle.
El ‘Maestro’ recuerda que no fue
fácil su trabajo, pero que su labor la cumplió lo mejor que pudo. “No fue una
buena decisión ir a la ciudad donde estaba el equipo rival al que habíamos
derrotado en la final del 87. Pero tuve la oportunidad de conocer en el
Deportivo Cali a jugadores que marcaron diferencia, como el ‘Pibe’ Valderrama,
entre otros muchos.
Fue uno de los chicos que me hizo pensar que la enseñanza
de la técnica no es solo lo que dicen los libros. Me hizo ver que la técnica
futbolística no es universal. Tenía personalidad y estilo propio”, recuerda en
una nota que le hicieron en un periódico de su país por aquel entonces.
En ese equipo verde del Valle
también estuvo Carlos Mario Hoyos, hoy asistente técnico de Jorge Luis Bernal
en Alianza Petrolera. “Tuve la fortuna de conocer y ser dirigido por el
‘Maestro’ Tabárez. Lo recuerdo como un entrenador muy organizado, con una plena
visión de la cancha, que les da confianza a sus orientados y como un referente
del fútbol mundial. Es un hombre con muchas facetas. Hoy, a pesar de tener
algunas dificultades físicas, sigue demostrando su capacidad de enseñanza, y el
fútbol de su país debe estar muy orgulloso de tener a una persona tan especial
que sacó adelante un proceso con las selecciones del fútbol”, afirmó Hoyos,
quien también hizo parte de la Selección de Colombia.
La ‘licenciatura’ de Tabárez como
seleccionador nacional incluye la participación en tres mundiales: en 1990 fue
eliminado en octavos de final por Italia, el equipo anfitrión. En Sudáfrica
2010, su ‘cátedra’ alcanzó para un histórico cuarto lugar, equipo en el que se
destacó Diego Forlán, hoy en el fútbol de India (Mumbai City), quien fue
declarado el mejor jugador del torneo. Y en 2014, en Brasil, cayó en octavos
ante una Colombia mágica, con James Rodríguez, una tricolor que pudo llegar más
lejos.
En cuanto a Copa América, se
destacan el subtítulo en 1989, durante su primera gestión como DT de la
Celeste, un cuarto puesto en el 2007 y el título de campeón en el 2011, en
Buenos Aires, al vencer en la final a Paraguay.
BAJO SU LUPA
Tampoco es casualidad que bajo su
atenta mirada de estratega han pasado estrellas que hoy asoman en el firmamento
del fútbol. El ex capitán Diego Lugano (São Paulo de Brasil), Egidio Arévalo
Ríos (Chiapas de México), o Édinson Cavani (París Saint Germain), otro de los
goleadores del momento, han sido vitales en el andamiaje del proceso, del ‘plan
maestro’ de Tabárez en el fútbol uruguayo.
Y claro, Luis Suárez, el artillero
del Barcelona español y máxima figura de la actual Celeste, tiene un papel
protagónico en dicho proceso. Ese ha sido el resultado de combinar
conocimiento, experiencia y talento.
Y detrás de ellos viene otra
camada que hará parte del recambio generacional, como los defensas José María
Giménez (Atlético de Madrid de España), Sebastián Coates (Sporting de Lisboa,
Portugal), o el volante Brian Lozano (Nacional uruguayo), entre otros jugadores
que se iniciaron en ese bondadoso proceso.
El arquero charrúa Sebastián
Viera, del Junior de Barranquilla, también hizo parte de ese renombrado proceso
y fue convocado en varias ocasiones en la pasada eliminatoria a Brasil 2014.
“Sin duda, es un seleccionador
grande de la historia de Uruguay. Es una persona aplomada, que escucha a los
jugadores, que tiene muy claro los conceptos básicos, que analiza y estudia
permanentemente.
De ahí, los buenos resultados. Un generoso grupo de jugadores
han hecho el proceso de las selecciones menores. Hay talento, y el ‘Maestro’
sabe cómo sacarles el mejor provecho a los chicos. Eso también ha sido vital
para el nuevo despegue del fútbol de mi país”, destacó Viera en charla con este
diario.
La eliminatoria sudamericana está
viva y Uruguay le ha tomado la medida. Mientras tanto, la vida sigue para
Tabárez, al vaivén de las dolencias físicas que no han impedido que el
‘Maestro’ siga dando cátedra en el fútbol.