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martes, 25 de marzo de 2014

ENTREVISTA A FABIO CAPELLO, DT DE RUSIA EN BRASIL 2014

Tras ser nombrado seleccionador de Rusia en julio de 2012, Fabio Capello aceptó la misión de construir un equipo competente para la Copa Mundial de la FIFA Rusia 2018. Con esas miras, la participación en Brasil 2014 constituía el camino ideal hacia ese objetivo, pero el técnico italiano no quiere que la trayectoria de sus pupilos se detenga con la sensación de algo inacabado, como ocurrió en su primera experiencia mundialista con Inglaterra en Sudáfrica 2010. Entonces, los Tres Leones fueron bruscamente eliminados por Alemania en octavos de final (4-1), tras una fase de grupos laboriosa.

Capello habló de las ambiciones rusas en Brasil, su filosofía táctica, sus recuerdos de la Copa Mundial, la tecnología de detección automática de goles o su jugador brasileño preferido de todos los tiempos.
Señor Capello, ¿qué espera de la Copa Mundial en Brasil?
[En Rusia] llevábamos 12 años sin clasificarnos para el Mundial. Brasil 2014 nos permitirá adquirir una experiencia a escala real con vistas al siguiente Mundial en Rusia. Por consiguiente, iremos a Brasil con muchísimo interés y con la voluntad de hacer un buen campeonato. Pero aunque nuestro objetivo primordial sea permitir a nuestros jugadores adquirir una gran experiencia, eso no impide que seamos ambiciosos.

¿Cuáles serán sus objetivos, y los principales desafíos que habrá que afrontar para cumplirlos?
El principal objetivo es superar la primera fase con el fin de poder disputar la fase de eliminatorias con tranquilidad. Naturalmente, ambicionamos llegar lo más lejos posible, pero conocer las dificultades que habrá para superar la primera fase permitirá a los jugadores asimilar bien esas dificultades. Todos tendremos más o menos los mismos problemas, como el clima o la distancia. Pero todo eso no debe ser una excusa. Lo más importante es acudir con mentalidad ganadora y con la voluntad de acumular mucha experiencia.

¿Cómo consiguió relanzar a su equipo tras las derrotas en la fase de clasificación contra Portugal e Irlanda del Norte?
El discurso fue claro y simple: recordar que seguíamos siendo virtualmente los líderes del grupo y que debíamos seguir abordando los últimos partidos con la misma voluntad de ganar que teníamos al principio. En ningún momento tuvimos la certeza de que nos clasificaríamos; sobre todo tras nuestro partido contra Azerbaiyán, en el que concedimos un gol tonto [que supuso el empate a última hora]. En líneas generales, la calidad del juego fue muy alta.

¿Cuál es la receta de su eficacia ofensiva (20 goles a favor) y de su solidez defensiva (5 goles en contra)? 
Intentamos fomentar una determinada mentalidad adaptada al fútbol moderno. Actualmente hay que mantener el bloque compacto y jugar en corto. Nosotros nos clasificamos porque encontramos el justo equilibrio para mantener la vocación ofensiva del equipo sin desequilibrar por ello nuestro sistema defensivo.

¿En qué consiste su filosofía de juego?
Según mi filosofía de juego, el equipo debe estar perfectamente organizado. Pero dentro de esa organización, hay que dejar a los jugadores talentosos la posibilidad de poder expresarse libremente. El sistema se define en función de la clase de jugadores que tengas a tu disposición. Con jugadores muy fuertes técnicamente pero no tanto físicamente, como en España, se puede optar por un fútbol basado en la posesión del balón y en las triangulaciones. Pero si entrenas a una selección como Bélgica, donde todos los jugadores miden más de 1,86 metros, es posible apostar por un fútbol más físico. Al entrenador le corresponde tener en cuenta esos parámetros para definir su estilo de juego. Personalmente, siempre he jugado con varios delanteros, pero siempre he tenido equipos bien organizados en defensa y dispuestos a lanzarse al ataque.

¿Cuáles son sus jugadores clave?
No creo que exista un “jugador clave”, sino más bien una “posición clave”. Los equipos se forman como un árbol. El tronco viene a ser el eje central del campo, con un buen portero, un buen defensa central, un buen medio centro y un buen ariete. El equipo se construye en torno a esa base. El capitán debe ser un líder, tan importante en el vestuario como en el terreno de juego; no solamente el que sortea el campo con el árbitro. Si no es un líder, no es un capitán.

¿Qué recuerdos tiene de Sudáfrica 2010?
Conservo un recuerdo que todavía no he conseguido borrar… Me acuerdo de la reunión que tuvimos para los entrenadores. Pregunté “¿por qué no se ha hecho venir a los árbitros de línea?”. Me respondieron que no estaba previsto. Yo recordé que habíamos trabajado duro durante dos años para llegar allí, y que por un simple error, un balón sacado o no, una pena máxima pitada o no, podríamos quedar eliminados. ¡Y al final fue eso lo que nos pasó! Nunca he podido olvidar aquella reunión que no tuvo ninguna consecuencia, porque, sin saberlo, había vaticinado lo que nos ocurrió…

¿Está a favor de la tecnología de detección automática de goles?
¡Totalmente! O incluso de la utilización de un árbitro de línea adicional que reduzca la probabilidad de error a un 10 o 5%.

En su opinión, ¿cómo será el ambiente del Mundial en Brasil?
Brasil es el país de la fantasía y la magia en el fútbol. Esperemos que así sea; simplemente fantasía y buen fútbol…

¿Cómo ve la actuación de Rusia en Brasil, pensando ya en Rusia 2018?
He dicho que era importante para nosotros labrarnos una experiencia. Y lo pienso así sin pensar en 2018, pues, de momento, estoy concentrado en Brasil. Quiero resultados en este Mundial; que mis jugadores estén concentrados y sean agresivos, y que progresen en el plano mental. Quiero que obtengan buenos resultados en esta Copa Mundial.

¿Quién es su jugador brasileño preferido de todos los tiempos?
Con la Nazionale, tuve la suerte de jugar contra Pelé en un partido en el que él jugaba en un combinado estadounidense. Anteriormente, solamente le había visto por televisión. En aquel partido, le vi hacer un par de cosas que me impresionaron. Entonces comprendí que era claramente el más grande de todos.

¿Cuál es su primer recuerdo de la Copa Mundial?
La final de Suecia 1958 (Brasil venció a Suecia por 5-2), que seguí a través de una televisión en blanco y negro en un bar. Me acuerdo de dos cosas: el fantástico golazo de Pelé, que por entonces sólo tenía 17 años y medio, y cómo Nils Liedholm, que entonces jugaba en Italia con el AC Milan, definió [su jugada personal] con gran serenidad con un lanzamiento desde el punto penal.

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