DEYNA CASTELLANO
Ocurrió en 2004. Venezuela comenzaba a coquetear con los triunfos en
las eliminatorias rumbo a la Copa Mundial de la FIFA 2006 y el país,
históricamente enamorado con el béisbol, empezaba a verse seducido por
el deporte rey. Fue allí que Álvaro Castellanos, con 10 años, se plantó
ante su padre y le dijo: “No quiero jugar más al béisbol, ahora quiero
probar fútbol”.
A su lado, Deyna observaba fascinada. Tenía 5
años, pero la admiración que ya sentía por su hermano mayor la llevó a
acompañarlo a todos los entrenamientos. Nadie sospechaba, ni por asomo,
que esa escena familiar derivaría en una de las mejores campañas
Vinotinto en un torneo FIFA.
“Iba con él a los entrenamientos y
llevaba un balón. Me quedaba pateando y pateando, haciendo dominios.
Hasta que un entrenador me vio y habló con mis papás para que me
metiera. Al principio fue un shock: ‘¿una niña jugando fútbol? ¡No!’,
pero me terminaron dando apoyo incondicional. Creo que es gracias a mi
hermano que hoy estoy aquí”. Lo cuenta Deyna Castellanos en primera
persona, aquella niñita que hoy, sin haber cumplido los 15 años, ya
lidera la tabla de goleadoras de la Copa Mundial Femenina Sub-17 de la
FIFA.
Dos ante Costa Rica, uno frente a Zambia, el decisivo
contra Italia. Deyna está en llamas. ”No esperaba un inicio así para mí,
aunque sí para el equipo”, cuenta a FIFA.com quien, a causa de una
lesión de rodilla, estuvo a punto de perderse la cita mundialista. Pero
su fuerza de voluntad ha dado sus frutos y conserva, con tres encuentros
disputados, dos distinciones a la Jugadora Live Your Goals del Partido.
Metas claras
“De las jugadoras que hayamos enfrentado hasta ahora es, junto a Gloriana Villalobos, de las mejores. Con dos atacantes como ellas, y la defensa que tengo, ganaríamos cómodos el Mundial”. El elogio proviene de Enrico Sbardella, entrenador de Italia, y define a la perfección las sensaciones que ha despertado esta admiradora de José Rondón.
“De las jugadoras que hayamos enfrentado hasta ahora es, junto a Gloriana Villalobos, de las mejores. Con dos atacantes como ellas, y la defensa que tengo, ganaríamos cómodos el Mundial”. El elogio proviene de Enrico Sbardella, entrenador de Italia, y define a la perfección las sensaciones que ha despertado esta admiradora de José Rondón.
Su
entrenador, Kenneth Zseremeta, duplica la apuesta: “Es impetuosa,
atrevida, fuerte. Tiene una agresividad positiva que le ha permitido
destacarse con la edad que tiene. ¡No llega a los 15 años! Y juega para
divertirse. Ella es eso, disfruta el fútbol”. Pero, ¿cómo es que lo
disfruta tanto? ¿Qué cambió en Venezuela para que un grupo de niñas, no
beisbolistas, tenga en vilo a toda una nación? Para Deyna, la respuesta
es sencilla. “¡Se han dado cuenta de que el fútbol es el deporte más
lindo del mundo!”.
Alentada por su madre en las gradas, seguida
por su padre y hermano desde casa, Castellanos sabe que deberá ratificar
sus credenciales goleadoras en los cuartos de final contra Canadá. Pero
no teme: “Venezuela necesita alegrías y, para mí, llevar este escudo en
el corazón es llevar a todos los venezolanos en él. Espero seguir
dedicándoles más, porque son todos para ellos”.
Para ellos, pero
para uno en especial. Y es que antes de despedirse, Deyna nos confiesa
un secreto. “Cuando viajé para aquí, pregunté a mi hermano qué quería
que le llevara. Y me pidió el título de goleo. Por eso, esto lo hago
para él”. Nada menos que su mentor, el que hoy le permite cerrar los
ojos e imaginarse un futuro promisorio en el deporte rey. “¿Hasta dónde
sueño con llegar?” Deyna no duda, como en el área: “Lejos”, afirma. Está
por el buen camino.
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