Es un hecho que Mourinho tiene un
palmarés envidiable y que los jugadores a los que ha dirigido reconocen
unánimemente haber mejorado y aprendido con él.
Pero... ¿cómo lo ha conseguido
el entrenador portugués? ¿Qué método utiliza y qué objetivos pretende?
Mourinho, licenciado en Ciencias
del Deporte, utiliza su versión personal, que adapta en función de cada país,
liga y cultura donde trabaja, de la periodización táctica, un método ideado
hace un cuarto de siglo por Vitor Frade, técnico y profesor en la Universidad
de Oporto.
En él, la táctica es dominante sobre los otros tres factores de
rendimiento: físico, técnica y psicología. A diferencia del método integrado,
donde sobresale el trabajo de la condición física (Rafa Benítez la emplea), o
del método tradicional, que trabaja estos factores por separado, la
periodización táctica integra los cuatro, aunque da prioridad a la faceta táctica.
Cada ejercicio tiene uno o varios objetivos tácticos, aunque, por
arrastramiento, se incide también en el físico, la técnica y la psicología,
todos ellos alineados con la forma en la que se quiere que trabaje un equipo.
Por ejemplo, un jugador que pierde un balón en una zona marcada tiene que ir
corriendo a tocar al portero y regresar a su posición.
Esto une los componentes físico y
táctico –hay zonas donde no se puede perder la posesión–. Además, Mou considera
que un central que trabaja un ejercicio para defender un 4-2-3-1 presionante,
como puede ser Pepe en el Real Madrid, se acostumbra a hacer los esfuerzos
físicos que exige esa posición y ese modelo defensivo igual que otro central
que defienda en un equipo en 4-4-2 que repliega intensivo (por ejemplo,
Ballesteros en el Levante) requiere otro tipo de esfuerzos, que se les van a
exigir al hacer ejercicios específicos durante las sesiones de trabajo.
También puede organizar un
partidillo donde un equipo tiene que remontar en seis minutos, reforzando el
componente psicológico. Trabaja también mucho con superioridades e
inferioridades numéricas, intentando siempre reproducir situaciones que se
pueden dar durante los partidos. Obviamente, también en cualquier ejercicio se
potencia la técnica (controles, remates, cambios de orientación...).
Con un
objetivo principal: que los jugadores aprendan a tomar buenas decisiones con
arreglo a un modelo de juego (es decir, que sean inteligentes tácticamente)
desarrolla otros muchos.
Uno de los grandes problemas de
esta metodología aplicada a los equipos grandes (que juegan tres competiciones
y cuentan con muchos jugadores internacionales) es que apenas existe tiempo
entre semana para afianzar o profundizar en conceptos. Por ello, Mourinho no
utiliza la pretemporada para hacer trabajo físico específico, que es lo
tradicional, sino que encuentra en ella el periodo del año idóneo para trabajar
a nivel adquisitivo.
Además, el portugués no programa la temporada desde
septiembre a junio, algo que sí hacen otros preparadores.
No es lo mismo preparar
el choque ante el Borussia con Khedira que sin él. Mou no cree en alcanzar un
pico de forma en la fase decisiva de la Champions, por ejemplo, y funciona en
relación con microciclos semanales. Quiere que su equipo ofrezca el máximo
rendimiento del primer al último día de la temporada, sin picos ni valles.
Aunque es consciente de que el trabajo físico específico es recomendable, por
ejemplo, para recuperar mejor, estima que desde el punto de vista mental y del
sistema nervioso es peor. Para Mourinho, el físico es sólo una parte muy
pequeña del rendimiento global de un jugador. Él trabaja más la recuperación
mental.
Pero, si la preparación física se
trabaja por arrastramiento, ¿cuál es el papel de Rui Faria, preparador físico?
En primer lugar, hay que resaltar que este tiene el título de entrenador, y
también es destacable la forma en que comenzó a trabajar con Mourinho.
Rui
Faria hizo su tesis doctoral precisamente sobre la periodización táctica, y se
la envió a Mou para que se la corrigiera y el orientara. Su actual jefe se
entrevistó con él y le aconsejó que se sacara el título de entrenador para
poder colaborar en un futuro. Hasta el momento, son inseparables.
El papel de Rui Faria es similar al
de Karanka. No están para poner conos. Normalmente, en los entrenamientos
–preparar uno sólo de ellos puede llevarle unas dos horas– el equipo se divide
en dos. Uno está con Mou y uno de sus ayudantes, normalmente el integrado por
titulares, y el otro está con Karanka o Rui Faria. O se dividen entre delanteros
y defensas, siempre con un objetivo. Rara vez se juega al fútbol en Valdebebas
sin condiciones.
Sólo de vez en cuando para descargar mentalmente o para que
algún jugador coja confianza (por ejemplo, si Higuaín viene de una racha sin
marcar, se planteará ordenar un ejercicio de transiciones ofensivas donde el
argentino tenga muchas opciones de brillar). Cada sesión dura exactamente lo
mismo que un partido de fútbol: 90 minutos.
El producto final es reforzar el
modelo de juego, que en el caso del Real Madrid se caracterizó los dos primeros
años especialmente por explotar rápidamente las transiciones defensa-ataque,
aunque esta temporada ha introducido posesiones más largas. Sin embargo, la
mejor manera de definir al Madrid de Mou es como un equipo camaleónico, capaz
de adaptarse a los rivales y al desarrollo del partido para maximizar siempre
sus posibilidades de éxito.
Mourinho sabe bien que algunos
futbolistas tienen grandes egos y tienden a infravalorar el mensaje de su
entrenador cuando les llega impuesto de forma unilateral. Por ello, el de
Setúbal utiliza una técnica de enseñanza que es su sello personal a la
periodización táctica.
Lo que busca es que sean ellos mismos, los jugadores,
quienes se den cuenta de aquello que les quiere enseñar. Se llama descubrimiento
guiado y es una de las claves del método de Mou, aunque es extremadamente
difícil de implementar y exige tener un profundo conocimiento del juego.
Consiste en proponer ejercicios
que van a suponer una serie de problemas para los jugadores. Introduce a
propósito un error durante el mismo para los propios futbolistas detecten qué
es lo que va mal y cuál sería la mejor forma de solucionarlo.
Si es necesario,
Mou va dando pistas. (“Mirad qué estáis haciendo mal”). Si son capaces de verlo
por sí mismos, además de seguir progresando en su habilidad para leer el juego,
asimilarán y por tanto no olvidarán el concepto enseñado.
Por ejemplo, un ejercicio que
utilizaba mucho en el Chelsea y que también emplea en el Real Madrid: enfrenta
a dos equipos acortando el largo del campo (para que la situación que busca se
repita muchas veces), sin porteros, que suelen entrenarse aparte. El objetivo
es, como en fútbol americano, superar la línea de fondo del rival. En función
de los problemas que plantee el oponente (si juega por dentro, por fuera, en
largo...) el equipo bascula, presiona o repliega, haciendo coberturas, etc.
Mou
coloca guías para que se coloquen las líneas del equipo y puede hacerlo mal a
propósito. Entonces Pepe o Ramos le dicen: “Estoy lejos del centro del campo”.
El míster para el entreno y aplaude. Si los jugadores llegan a la conclusión
por sí mismos, la hacen suya. Algunos, como Xabi Alonso, Sami Khedira o Álvaro
Arbeloa, destacan especialmente en este aspecto.
Si el Real Madrid no juega entre
semana (algo que rara vez ocurre), este es un plan tipo de José Mourinho:
Lunes
Descanso a la plantilla.
Martes
Los titulares del fin de semana
hacen trabajo de recuperación y los suplentes trabajan más fuerte. Poco o nada
a nivel adquisitivo.
Miércoles
Trabajo táctico más intenso. Mou
considera que el sistema nervioso aún no se ha recuperado del partido anterior,
así que aún hace ejercicios en espacios reducidos y el grupo dividido. Y lo
hace con cargas discontinuas (trabaja cuatro minutos y descansa uno, por
ejemplo). Poca duración y mucha recuperación para desbloquear la mente.
Jueves
Entrenamiento muy intenso, con
equipos ya de 11 contra 11, tiempo y dimensiones del campo grandes. Todo
orientado al siguiente partido. Refuerza el modelo y corrige errores.
Viernes
Baja la carga (no física, sino de
concentración). Ejercicios de fácil decisión, con menos oposición para que los
jugadores no tengan que pensar mucho. Reduce los toques y trabaja la chispa con
cambios de dirección y de ritmo.
Sábado
Complejidad ya muy baja. Trabaja
la estrategia (balón parado) o a nivel del rival (este lateral es flojo o
tienen una transición defensiva lenta) y orienta los ejercicios a explotar
estas debilidades. Conoce tanto al rival que suele anticipar hasta los cambios
que va a hacer.
Ejercicios diseñados para hacer
pensar a los jugadores
El repertorio de ejercicios de
Mourinho es prácticamente inagotable. Todos ellos, como hemos visto, tienen en
común que priman lo táctico sobre los demás factores de entrenamiento, sin
descuidarlos, y su intención es reforzar el modelo de juego del Madrid. Además,
suponen un esfuerzo mental para los jugadores.
He aquí tres ejemplos:
Presión tras pérdida. Divide el
campo en cuatro cuadrantes, acortando los largos, y premia al equipo que
recupera el balón si lo hace en el mismo cuadrante donde lo perdió con un
punto. Los goles en la portería rival valen dos.
De esta forma, el equipo que
presiona tras pérdida debe evaluar si le interesa o si corre el riesgo de
encajar gol y le interesa replegar. Debe decidir rápidamente.
Salida de balón. Los cuatro de
atrás tratan de conectar con los dos mediocentros, que esperan cerca del centro
del campo, ante la presión del delantero y los tres medias puntas.
Cuando los
delanteros recuperan, los mediocentros van con ellos y deben hacer gol.
Líneas fuera.
En un momento de un
partido a campo recudido, saca una línea del campo. Los jugadores deben
adaptarse rápidamente a la nueva situación, tanto en defensa como en ataque.
muy interesante el articulo, felicitaciones y espoerando que hayan muchos mas para nutrir nuestro conocimiento
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